Basura Marina

Basura marina es todo residuo arrojado al medio marino, como producto directo o indirecto de las actividades humanas y que por ende, no encontramos de forma natural en los ecosistemas marinos. Estos incluyen una gran variedad de materiales de desecho, tales como plásticos, gomas, vidrios, metales, papel y distintos tipos de fibras tejidas, las que en gran cantidad flotan a merced de las corrientes marinas. La basura marina es un problema mundial que afecta a la salud de las personas, impacta negativamente sobre la biodiversidad de los ecosistemas marinos y costeros, lo que ad¿fecta finalmente a las actividades productivas y recreativas que se dsarrollan en costas y océanos, afectando también su valor paisajístico.

Históricamente el mar ha sido visto como el "gran basurero", dada su inmensidad y capacidad de autodepuración. Sin embargo las dimensiones actuales de las descargas ya han alcanzado niveles alarmantes que el ecosistema marino no es capaz de asimilar de forma natural. La Academia de Ciencias de Estados Unidos de Norteamérica ha estimado que 6.4 millones de toneladas de basura entran al océano cada año y en nuestra región del Pacifico Sudeste se estima que la cifra es de 12,304 a 36,909 toneladas por año.

 

En las costas del Pacífico Sudeste, la basura proviene de fuentes terrestres y fuentes marinas, siendo la primera causa, la que más contribuye a generar basura marina. Las actividades industriales, descargas y vertimientos clandestinos, asentamientos humanos no regulados, el comercio y actividades turísticas desarrolladas en el borde costero, son las principales causas de la basura marina. La descarga de residuos persistentes en tierra, la insuficiente recolección e inadecuada disposición final de la basura, la descarga directa en cursos de agua y en la vía pública, la creciente costumbre de emplear envases descartables de materiales persistentes y bolsas plásticas, y la acción de la lluvia facilitan que se remuevan y arrastren los desperdicios al mar.

El impacto del turismo en las zona costera y particularmente en las playas, deja como resultado en cada temporada toneladas de basura, constituida por envoltorios de helados y bolsas plásticas de comida, latas de refrescos y cervezas, colillas de cigarrillos, botellas y envases plásticos de todo tipo. Estos elementos que en principio quedan en la arena, terminan finalmente en el mar, a causa de la elevación de la marea y de las olas.

Esta situación se ve agravada con la descarga directa de basura por la población residente en los cursos de agua que luego van al mar, la insuficiente limpieza de playas, estuarios y canales debido a los altos costos de una recolección continua y con la falta de conciencia y el desconocimiento de la población y las autoridades responsables sobre la forma de recolectar y disponer adecuadamente las basuras.

Por otro lado, la porción de basura que no es recogida es con frecuencia: (1) quemada o enterrada (lo que retira residuos del sistema); (2) recogida por recicladores; (3) arrojada en cursos de agua (práctica muy común en comunidades rurales y urbano marginales); o (4) echada tierra adentro en quebradas, terrenos baldíos, vía pública ó botaderos clandestinos. Los residuos persistentes (ej., plásticos, metal y vidrio) que se quedan en tierra pueden eventualmente, debido a la acción de algún factor (ej., viento, lluvia), ser transportados a cursos de agua o directamente a la zona costera.

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No toda la basura que es transportada en los cursos de agua llegará al océano. Una parte se hunde y deposita en el fondo de los ríos; no obstante, la acción de ciertos eventos (ej. Intensas precipitaciones y crecidas) puede eventualmente remover y resuspender basuras del fondo que luego llegan también al mar. Otra parte llegará a los estuarios donde también puede quedar atrapada en sumideros temporales. Se ha reportado que una parte de los desechos se acumula en las raíces de los manglares, barrios de palafitos y muelles. La acción del viento y mareas acumula también basuras flotantes en los canales más estrechos de los esteros.

Nuestra región costera tiene limitaciones en la cobertura de recolección y disposición de la basura, particularmente en las áreas rurales donde aún se mantiene la costumbre de arrojar los desperdicios en los cursos de agua y terrenos baldíos. Predomina el uso de botaderos a cielo abierto o con algún grado de manejo (también llamados vertederos) desde donde una parte de la basura puede retornar al medio (y eventualmente llegar al mar) por la acción de agentes como lluvia, viento, recicladores informales y animales. El usos de rellenos sanitarios es aún reducido.

A causa de su mayor regulación y control, la generación de basura debida a actividades que se desarrollan en el mismo mar, como la pesca y la navegación, parecen tener una injerencia más limitada en el problema. La navegación puede contribuir a generar basura marina, al eliminar accidental o deliberadamente los desechos al mar, o por la pérdida u olvido de aparejos de pesca como redes y sedales que se convierten en basura marina. Sin embargo, no hay suficiente información que permita dimensionar la contribución de tales fuentes.

Se conoce que la basura marina genera diversos impactos:

1. Problemas de salud pública;
2. Degradación de ambientes costeros;
3. Mortalidad de fauna (ej., pesca fantasma, animales que se enredan o tragan pedazos de plástico);
4. Disminución del valor estético y recreativo de playas y del perfil costero;
5. Taponamiento de sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial; y
6. Daño a embarcaciones (ej., hélices enredadas ó dañadas, taponamiento de los sistemas de enfriamiento).

No existen estimaciones de la magnitud y costo monetario asociado a estos impactos en el Pacífico Sudeste. Un elemento adicional es la actividad y costo de la limpieza de la franja costera que deben asumir los municipios; recogiendo residuos que no son totalmente generados por su población residente ó de turistas visitantes. La cantidad de basura marina en las zonas pobladas sobrepasa las capacidades de limpieza y manejo de desechos de los municipios. Hay que destacar que muchos municipios costeros tienen severas limitantes técnicas y financieras para afrontar este problema.

La gran mayoría de estos desechos, cuando no llegan de regreso a las playas, necesitan un tiempo muy largo para que sean degradados de manera natural y por consiguiente pueden pasar muchos años flotando en el medio marino.

 

Efectos de la basura marina sobre el ecosistema

tortugaLos efectos más directos y peligrosos de la basura para la vida marina, lo constituyen: el riesgo de enmallamiento y la ingestión de estos desechos por parte de animales.

Un animal puede resultar atrapado por la basura marina accidentalmente o a causa de su propio comportamiento o curiosidad, y consecuentemente, morir por estrangulamiento o asfixia. Muchos animales pueden buscar refugio en estos desechos que han sido colonizados por plantas o animales, o si guardan cierta similitud con su alimento. Es probable que estos elementos puedan interferir con su capacidad de nadar, alimentarse o desplazarse con suficiente rapidez frente a sus depredadores y en el caso de ser ingeridos, pueden interferir con los procesos digestivos, o provocar la sensación de saciedad, provocando una severa desnutrición que puede llegar a causar la muerte del animal. Tal es el caso de las tortugas marinas que ingieren por error el plástico que flota en la superficie del océano, al confundir este material con medusas, de las que se alimentan. En general el problema afecta tanto a especies marinas como a las aves, tortugas, lobos y leones marinos.

De manera más general, los aparejos de pesca perdidos o eliminados voluntariamente, destruyen los arrecifes de coral y por ende a las especies que éstos sostienen. Muchas especies quedan atrapadas en las trampas olvidadas y en las artes de pesca a la deriva, las que continúan atrayendo a otros animales en busca de comida y refugio. También se ha asociado a los residuos con el transporte de especies invasoras. Los objetos a la deriva podrían albergar una gran variedad de organismos y microorganismos, que de llegar a colonizar otros ecosistemas, podrían desplazar a la flora y fauna autóctonas.

Es muy difícil controlar el ingreso de la gran cantidad de basura que ingresa al mar. Sin embargo, es posible mitigar su impacto mediante las siguientes medidas:

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  • Evaluar los volúmenes de producción, patrones de distribución y acumulación, e impactos de la basura marina en la región. Cuanto más tiempo permanece la basura en el mar, mayor es la amenaza que supone para la salud del hombre, la vida silvestre, el turismo y la navegación.
  • Ampliar la cobertura de los sistemas de recolección de basura en los municipios costeros y asegurar que los procedimientos de disposición de residuos sólidos impidan la liberación de materiales persistentes al medio marino. Todo residuo que se deseche de forma inadecuada, así como todo material transportado o almacenado de forma inadecuada, es susceptible de convertirse en basura marina.
  • Reducir el uso de envases y envolturas desechables de materiales persistentes que eventualmente pueden convertirse en basura marina.
  • Controlar en forma simultánea las diferentes fuentes de generación de residuos sólidos en el entorno marino.
  • Incluir la problemática de la basura marina en las agendas de temas prioritarios de los países de la región, en especial en la agenda educativa.
  • Potenciar la elaboración de proyectos que impliquen el reciclaje de la basura, es decir, en la recolección, la separación por tipos (plásticos, vidrios y metales) y transformación de los materiales desechados a fin de utilizarlos de nuevo. El reciclaje se ha convertido en una práctica frecuente; sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los materiales pueden reciclarse y en general, muy poco plástico se recicla, salvo el contenido en botellas de leche o de refrescos.
  • Establecimiento de medidas dirigidas a prevenir la contaminación para poder reducir la cantidad de desechos. Algunos ejemplos serían volver a usar un mismo material, el empleo de objetos reciclables en lugar de objetos de un solo uso y la limitación de los envoltorios que consumimos, en especial los plásticos.
  • Planificar estrategias y campañas para erradicar el hábito de tirar la basura al suelo, en especial entre los bañistas y navegantes, que deben cerciorarse de que el viento o la lluvia no arrastren su basura hacia el mar. Igualmente, para que las bolsas o cajas de desechos que se dejan en la calle para su posterior recogida, estén bien atadas o cubiertas a fin de que la basura no se esparza.
  • Minimizar la disposición de restos de artes y aparejos de pesca en las costas y el océano.
  • La basura marina puede generar numerosos problemas ecológicos en todo el mundo.
  • Numerosos gobiernos y organizaciones privadas ya han tomado cartas en el asunto; aun así, la iniciativa individual sigue siendo la mejor forma de combatir la contaminación de los océanos. Dado que la prevención parece ser el método más simple y eficaz de disminuir los residuos en el mar, todos deberíamos empezar por revisar nuestros estilos de vida, calcular cuánta basura generamos e imaginarnos a dónde va a parar.
  • Por este motivo es importante realizar campañas educativas y de difusión sobre los problemas que se derivan de la basura marina, y la necesidad de educar a la población para reducir el impacto de este problema en el mar y su ecosistema.